EL YOGA (Ampliado)

 




El yoga. Introducción

Cuando estamos en un estado de tensión nerviosa, producto de una situación de estrés o presiones externas, que originan incertidumbre, miedo, temor, preocupaciones...esa tensión o tensiones nerviosas se reflejan en nuestro cuerpo ,en zonas muy determinadas, de las que ya hemos hablado, (en los centros de bloqueo del sistema nervioso), en forma de tensiones musculares y contracturas, o bloqueos de órganos y extremidades, así como de las arterias, provocando el bloqueo de la circulación de nuestra sangre hacia una o varias zonas de nuestro cuerpo, incluido el cerebro.


Pero, además, se aprisionan terminaciones nerviosas, que literalmente, se duermen y provocan adormecimiento y falta de sensibilidad en alguna zona de nuestro cuerpo, en alguna extremidad del cuerpo.

Cuando el cuerpo está contracturado, estamos aplastando músculos, huesos, articulaciones, tendones, venas y nervios o terminaciones nerviosas. Las tensiones más frecuentes y más peligrosas se dan en el propio cerebro y de ahí, pasan a las cervicales y a toda la médula espinal. Después, todas esas tensiones se van almacenando en diferentes zonas de los músculos y articulaciones del cuerpo.

En ese estado, lo normal es que terminemos en el médico, para que nos recete un relajante muscular o antinflamatorios, pero, si las causas externas de presión continúan, aún y cuando tomemos medicamentos, el cerebro seguirá mandando tensiones hacia nuestro cuerpo. Es decir, tendremos que tomar una dosis cada vez mayor, porque, en realidad, no estamos relajando y solucionando los problemas, sino, que los estamos ocultando, evadiendo o reprimiendo, con medicamentos o drogas, pero, en realidad, el cerebro sigue atacando, porque las causas no han cesado.

El problema de una situación de tensiones, es, que provocan estrés y cansancio y debilidad muscular, sobre todo, si no tenemos actividad física diaria, cosa, que, por otro lado, es difícil, porque estamos realmente agotados y debilitados, sin ganas ni fuerzas para llevar a cabo una disciplina de actividad física.

Por eso, casi siempre, un estado de tensión y preocupación mental, además de provocar tensiones y agarrotamiento y desgaste muscular y esquelético, provoca también debilidad muscular, cansancio, aún sin hacer nada, pero, lo peor es, que también nos lleva, inconscientemente, a un estado de depresión.

Si recurrimos a una disciplina como el yoga, para aliviar nuestras dolencias, tenemos que tener en cuenta que el cuerpo, además de agarrotado y tenso, está también débil y, por tanto, debemos usar un yoga de tipo terapéutico, como el que tanto enfatizamos, el yoga Tibetano.

El yoga Tibetano, es un yoga que estira y descontrae todo el cuerpo, especialmente la espalda y las cervicales y la médula espinal, pero también fortalece la musculatura.

No es un Yoga destinado sólo a estirar el cuerpo, sino también, a fortalecer, además de relajar el sistema nervioso.

Es un yoga físico y psíquico.

Un yoga exclusivamente físico, destinado sólo a estirar el cuerpo y, que no le da importancia a su fortalecimiento, o, que no tiene en cuenta la relajación del cerebro y de la médula espinal, es incompleto y no sirve para gran cosa, que para perder nuestro tiempo y nuestro dinero y más, si sólo vamos a una clase de una hora a la semana y no practicamos con ganas, todos los días, en nuestras casas.

Lo ideal sería tener tres clases, de sesiones de al menos dos horas ,tres veces a la semana y practicar diariamente en casa.

En dos horas de clase, se pueden hacer muchos ejercicios, de manera más relajada y también, se puede hacer Mindfulness, meditación guiada.

Por último, es importante, también, comprender, que, para que un ejercicio sea efectivo, se tiene que repetir varias veces seguidas para que haga efecto.

Por ejemplo:

Si yo hago "el saludo al sol", solo una vez, apenas notaremos efecto alguno. Pero si lo hago 10 ó 15 veces seguidas, seguro, que al día siguiente, tendré alguna molestia muscular o articular, algunas agujetas.

Y, si lo hago todos los días,15 veces seguidas, al levantarse, el cuerpo se estira y se fortalece y las molestias terminan desapareciendo.

Pero si voy a una clase y lo hago solo una vez y no practicamos en casa, el cuerpo nunca se acostumbrará ni tampoco se fortalecerá.

Para que un ejercicio o Asana, o grupo encadenado de asanas sean efectivos, tienen que haber cierto número de repeticiones seguidas del ejercicio o tabla de ejercicios, así como una práctica diaria.

Y, si lo hacemos así, tienen que aparecer molestias hasta que el cuerpo se acostumbre, tanto si el ejercicio tiene la finalidad de fortalecer, como si su finalidad es solo estirar, o ambas cosas, como es el caso del yoga que vais a aprender.

Si alguien quiere hacer yoga, para estirar y deshacer tensiones y contracturas, tiene que aparecer alguna molestia muscular, al principio, al menos y, lo mismo si la finalidad de los ejercicios es fortalecer el cuerpo.

Si no surge alguna molestia, es, que no se han hecho suficientes repeticiones del ejercicio o bien, que el ejercicio no sirve para nada y solo es una postura llamativa, sin valor terapéutico alguno.

Pero, sea como sea, no solo deben surgir , al principio, algunas molestias y reacciones físicas, también surgen reacciones nerviosas y psicológicas, porque estamos liberando tensiones cuyo origen es psicológico. Estamos liberando terminaciones nerviosas que están aplastadas por las contracturas musculares, estamos liberando arterias, que no dejan pasar la sangre al cerebro...

El yoga no es solo físico, tiene también, una consecuencia a nivel psicológico.

La finalidad del yoga es unir cuerpo y mente y eso se produce cuando el cuerpo y la mente son tenidos en cuenta y se relajan al unísono.

Un yoga puramente físico, que no tiene en cuenta la relajación mental, la respiración y la meditación, es incompleto y una perdida de tiempo.

Y eso es lo que está sucediendo en Occidente con el Hatha yoga, mucha apariencia con posturas que no sirven más que para atraer seguidores ,porque es muy exótico y llamativo, pero apenas tiene valor terapéutico, ni a nivel físico, ni a nivel mental.

Debemos de comprender cuál es el yoga que realmente necesitamos, de acuerdo a nuestras necesidades personales, ya sean de salud o de la índole que sea.

En Occidente, se está vendiendo un yoga exótico y llamativo, para atraer seguidores, pero con mucho riesgo para personas que tienen lesiones y operaciones. Es un yoga contorsionista, gimnástico, de circo, destinado a la flexibilidad extrema de cuerpo, pero no tienen en cuenta la finalidad real y la filosofía real de la práctica del yoga. Es un yoga puramente físico, solo apto para personas que empiezan a practicar desde muy jóvenes y que no tengan ninguna dolencia o enfermedad, o ninguna finalidad o necesidad de cultivar la relajación.

Su objetivo es puramente gimnástico y competitivo.

Os animo a que vengáis a clase y aprendáis el yoga tibetano, porque es un yoga muy simple, pero muy efectivo y de gran valor terapéutico, tanto a nivel físico, como a nivel psíquico y no es agresivo ni peligroso.

Cuando aprendamos los 5 ritos tibetanos, haremos asanas más estáticas, de carácter relajante, que son más adecuadas para la relajación. Pero, de momento, haremos los 5 ritos tibetanos y las postraciones, que son un yoga muy estimulante y por ello, es aconsejable hacerlo por la mañana, dado que si lo hacemos cerca de la hora de irnos a dormir, puede quitarnos el sueño.

Es como un café, hay que tomarlo por la mañana ,así como la infusión de tila o manzanilla, debemos tomarla antes de acostarnos.

De momento vamos a aprender los 5 ritos tibetanos y también, usaremos la alfombra para reflexología de los pies, manos y espalda.

Un saludo. Manuel Vázquez. Profesor de yoga Tibetano y mindfulness.


El yoga

La práctica asidua del yoga aporta numerosos beneficios sobre nuestro sistema muscular y óseo, sobre el sistema circulatorio, sobre el sistema nervioso, sobre los órganos y el sistema endocrino. Cabe destacar también, su influencia sobre el sistema respiratorio y sobre el sistema digestivo.

El yoga es un medio excelente para mantener elástico nuestro cuerpo, para deshacer tensiones y agarrotamientos musculares, producidos por el estrés, las preocupaciones, por malos hábitos posturales o por una vida demasiado sedentaria.

Es un medio excelente para deshacer tensiones, además de físicas, emocionales y mentales (con las que están habitualmente asociadas). La práctica del yoga reporta innumerables beneficios sobre nuestro sistema nervioso, siendo una herramienta muy útil para combatir el estrés, la ansiedad, el nerviosismo, el insomnio, dolores de cabeza, migrañas, depresiones, arritmias... Es útil para fortalecer la memoria, la concentración. Útil también en programas de desintoxicación, tabaquismo, alcoholismo, dependencia de medicamentos y drogas, programas de adelgazamiento, pues en todos estos casos podemos tratar el componente de ansiedad con los que habitualmente están asociados.

El yoga nos permite corregir problemas de nuestra personalidad, pues nos ayuda a ser más tranquilos y pacíficos, nos ayuda a desarrollar confianza y seguridad.

Es útil para favorecer al sistema circulatorio, previniendo y corrigiendo problemas de circulación de nuestra sangre, problemas de presión sanguínea, falta de riego cerebral, frio en las extremidades, calambres y adormecimientos.

Aumenta la capacidad respiratoria y las defensas del organismo, porque se aumenta el aporte de Oxígeno a la sangre y con ello, a todo nuestro cuerpo.

Estimula el corazón y a todos los órganos y glándulas de nuestro cuerpo...

Corrige problemas digestivos, gases, estreñimientos, nervios en el estómago...

El yoga es un medio excelente de prevención si se practica con regularidad.

En resumen, el yoga puede mejorar nuestra vida, física, emocional y mentalmente, mejorando nuestra relación con nosotros mismos y con los demás y el medio.

La técnica.

Para conseguir todo esto, el yoga dispone de diversas técnicas, entre las que destacan las siguientes:

Asanas(Posturas).

Conjunto de posturas cuya finalidad es el estiramiento del cuerpo, la elasticidad, especialmente de la espalda y de la columna vertebral, así como también, el masaje de todos los órganos internos. Esto se consigue con las posturas o Asanas, que logran sobre nuestro cuerpo, torsiones, contracciones y estiramientos suaves, realizados de forma armoniosa, sin que sea necesario una condición física especial para poder realizarlas.


Pranayamas(Respiración)

La realización de las posturas se acompañan siempre de una adecuada respiración y con atención y concentración sobre las zona implicada en el ejercicio o Asana.

Además, se realizan ejercicios de respiración, con diferentes tiempos de inhalación, retención y exhalación del aire, para producir diferentes estados de relajación y limpieza del sistema nervioso.

Relajación.

La ejecución de las posturas se hace de forma rítmica y armoniosa, para estirar y  relajar el cuerpo, en compañía de música adecuada para favorecer un buen estado emocional. Aunque, por supuesto, también puede realizarse en silencio. 

Además, se practica una relajación echados en el suelo, o agachados, cada cuatro  o seis Asanas o posturas, para evitar la fatiga, así como al final de la sesión de yoga.

El yoga no es un deporte, aún y cuando, es una actividad física, pero no deportiva.

Una persona tiene que salir relajada y sentirse renovada, después de una sesión de yoga. "Jamás debemos salir con sensación de estrés ni con sensación de haber estado en una sala de torturas, después de una sesión de yoga". Además, esa no es la finalidad real del yoga.

La finalidad del yoga, es unir cuerpo y mente, a través de las Asanas y la respiración, todo ello, realizado de manera armoniosa.

Existen ciertas tendencias, a día de hoy, de profesores de Hatha yoga, formados en Occidente, que no tienen en cuenta la verdadera finalidad del yoga. Sus clases, se parecen más a una sesión de pilates o de gimnasia. Algunos le llaman "Yoga dinámico" y, con ello, justifican una clase que no tiene en cuenta la respiración y la armonía en la ejecución de las Asanas. Tampoco tienen en cuenta la meditación. Las clases se reducen a una actividad física, que utiliza posturas básicas de yoga, pero realizadas de manera rápida.

Existen muchas variantes o estilos de yoga; unos 50 estilos diferentes. Dentro de este número, el más difundido, es el Hatha yoga de la India.

El Hatha Yoga, es un Yoga que tiene variantes, unos profesores le dan suma importancia a las contorsiones y estiramientos muy forzados, pero, que en realidad, no tienen mucho valor terapéutico. Al contrario, tienen demasiados riesgos y solo es adecuado para personas que empiezan desde muy jóvenes, no es adecuado para personas adultas y mayores, o para jóvenes que tengan lesiones o ciertas dolencias.

Este tipo de yoga es el que nos venden en los medios y el que atrae, por su exotismo, pero no por su valor terapéutico real. No es un yoga orientado a la relajación, sino, a la flexibilidad extrema, al contorsionismo y a la exhibición y al marketing, para atraer seguidores.

Este tipo yoga es un yoga meramente físico y no concede importancia a la relajación, ni a la meditación. Se trata de hacer posturas ¡Cuánto más complicadas y arriesgadas, mejor!

Son ideales para enviar a una persona a una silla de ruedas, de por vida, o a la UCI de un hospital, o para agravar lesiones ya existentes.








Este yoga es el que  practican los Yoguis de la India y el que se enseña en los Ashram, o escuelas de yoga, dirigidos por algún Suami o gurú.

Existen más de "4000 posturas" y variantes de posturas en  todos los estilos de yoga, pero, de todas ellas, tan sólo unas 30 tienen valor terapéutico y son aconsejables para occidentales, personas adultas y/o jóvenes, también.


Existe un Yoga poco conocido, que es el yoga Tibetano, de gran valor terapéutico y muy sencillo y muy adecuado para prevenir y corregir dolencias comunes de nuestro cuerpo, además de lograr flexibilidad y fortaleza, al mismo tiempo.

Normalmente, la flexibilidad es más difícil de conseguir en una persona musculosa, que en una persona no musculosa.

Una persona musculosa, posee grandes masas de fibra muscular en contracción, que una persona sin músculo y que no practica ningún tipo de ejercicio o esfuerzo muscular.

Por ello, para lograr flexibilidad, deben de trabajar más y hacer más repeticiones, para lograr el mismo resultado.

Flexibilidad y fuerza son opuestos.



Meditación.

Es una practica opcional, pero casi obligatoria, que puede realizarse al final de la sesión de yoga, de  forma complementaria a la relajación.

Se utilizan diversas técnicas de concentración; sobre la respiración, el sonido, la música, el silencio, o la inmovilidad del cuerpo, las sensaciones corporales, la recitación de mantrans...

Es lo que hoy se conoce con el nombre de "Mindfulness"

El mindfulness es una técnica abreviada y sencilla, extraída de técnicas de meditación como la meditación Vipassana y la meditación Zen, adaptadas para personas que no tienen conocimiento alguno de la práctica de la meditación intensiva y exigente que se practican en los monasterios budistas.


Quién puede practicar yoga.

En principio, cualquier persona puede practicar yoga y en muy pocos casos se debe desaconsejar totalmente la practica de esta disciplina. Ciertos problemas de salud, pueden desaconsejar la practica de Asanas, total o parcialmente, o ciertos ejercicios respiratorios. A continuación se exponen algunos males que pueden limitar la libre práctica del yoga:


"Debilidad cardíaca, Asma, bronquitis, epilepsia, hernias, debilidad muscular, lesiones u operaciones recientes, osteoporósis avanzada, artrosis o artritis que cursen con inflamación, especialmente de rodillas y cervicales, problemas de menisco, hipertiroidismo, cáncer y tumores, isquemia, esclerósis múltiple, desprendimiento de retina, menstruación y embarazo,  presión sanguínea muy alta, minusvalías, obesidad (Algunas personas muy rígidas y/o con obesidad, pueden encontrar dificultades a la hora de ejecutar ciertas Asanas)."


Caso de padecer alguna de estas dolencias, podría ser conveniente, no practicar yoga, en la modalidad de Asanas, o bien, practicar de forma cautelar, teniendo en cuenta que la última palabra la tendrá siempre nuestro médico, así como el sentido común de cada uno, considerando la gravedad y/o el grado de la enfermedad.

En todo caso, su profesor de yoga podrá aconsejarle también y proponerle Asanas o ejercicios alternativos que no impliquen riesgo para su salud. Es importante que su profesor de yoga conozca los pormenores de su salud, antes de lanzarse a la práctica de esta fascinante disciplina; para ello, se debe cubrir un pequeño test escrito de salud, reflejando, especialmente, las dolencias y operaciones que haya tenido o tenga en el presente.

Recomendaciones.

Es conveniente no practicar yoga después de comer. Es aconsejable hacerlo con el estómago vacío, o bien, pasadas cuatro o cinco horas después de una comida abundante, o dos o tres horas si la comida ha sido frugal, a base de verduras o frutas, por ejemplo. Si se tiene mucha hambre tómese el zumo de un limón diluido en un poco de agua, o bien, una pieza o dos de manzana, como mucho. O bien, pueden tomarse unos frutos secos, como cacahuetes, almendras o nueces y beberse medio vasito de agua sin gas, siempre y cuando no esté fría. Debemos tener vacíos la vejiga y el vientre, preferiblemente.

Practicaremos con ropa elástica o suelta, cómoda, sin mucho abrigo y descalzos, sobre una esterilla o manta, o bien con unos calcetines no gruesos, o sobre una moqueta, evitando siempre el contacto directo con el suelo frío y evitando también suelos resbaladizos. El lugar en donde practicamos no debe ser frío, de lo contrario será imposible relajarnos, estaremos tensos y tendríamos dificultad para ejecutar ciertas Asanas que requieren tener la musculatura relajada y caliente. 

El local no debe ser ruidoso y el aire debe ser limpio.

Ten siempre a tu lado un cojín y una manta plegada para cuando sea preciso, para hacer ciertos ejercicios sentados, o para taparse si fuera necesario, sobre todo en la relajación.

Es conveniente, también, que si tienes lentes duras de contacto, el retirarlas. También debes de retirar collares, cadenas gruesas o pulseras porque pueden entorpecer la ejecución de algunas posturas.

Mientras haces las posturas.

Debes de avisar siempre si tienes dificultad o si sientes dolor o molestias al ejecutar alguna postura y no forzarte jamás en un estiramiento, contracción o torsión, aunque veas que los demás no tengan dificultad para llevarlas a cabo.

Debemos tener en cuenta que cada persona tiene una elasticidad y una constitución diferentes y problemas y limitaciones diferentes. En la practica del yoga, no hay una persona igual a otra y por ello, lo último que debemos hacer es compararnos o preocuparnos de cómo lo hacen los demás. El yoga no es un deporte ni disciplina de competición, y lo habitual es, que aunque se enseña en grupos, se practique en solitario, en la intimidad.

Las posturas se hacen siempre armoniosamente, rítmicamente, lentamente, evitando ejecuciones y transiciones de una postura a otra bruscas y rápidas.

La respiración ha de ser profunda, pero suave, adaptando el ritmo y la profundidad a la postura y al latido del corazón, sin que en ningún momento sintamos forzada muestra caja torácica o muestro abdomen. Como norma general, no se debe retener el aire(a lo sumo hasta 6 segundos, más o menos) y se debe expulsar antes de llegar a forzar el pecho o el abdomen, en posturas de arqueamiento hacia atrás, especialmente, y en torsiones o estiramientos. 

El aire retenido, combinados con una torsión hacia atrás, produce variaciones bruscas de presión en la sangre, pudiendo provocar mareos y desvanecimientos.

Lo mismo sucede en posturas invertidas. Dichas posturas, están contraindicadas en caso de presión sanguínea elevada y problemas hipertiroidismo, especialmente, y, también, en caso de otras dolencias, como hernias discales, ya sea en la zona cervical o lumbar y tumores o isquemias cerebrales.

Como norma general, el aire se inhala al inicio de una Asana y se retiene durante su ejecución, el tiempo necesario, se exhala y,  se vuelve a inhalar cuando se inicia el retorno o ascenso y se exhala al final.

La práctica y la capacidad respiratoria de cada uno nos darán la pauta adecuada de respiración, en cada postura, teniendo en cuenta, que ante la duda, 0 antes de forzarse, es mejor respirar normalmente, o de manera suave. Esta es, pues la mejor regla a seguir, la del sentido común.

La respiración debe ser profunda y puede retenerse, a lo sumo, durante unos segundos, como hemos dicho, antes de expulsar el aire, procurando que el tiempo de expiración sea mayor que el de inspiración.

Por lo general, se inhala siempre por la nariz, se retiene el aire y luego, se exhala, bien sea por la nariz o por la boca, dependiendo de las pulsaciones del corazón y de la rapidez de ejecución de la Asana, o del tipo de Asana.

Hay Asanas o posturas en las que  no se puede inspirar profundamente, aunque se quiera, ni retener el aire. Se debe dejar la respiración  a su aire, sin controlarla. 

Debe evitarse retener el aire o inspiraciones profundas cuando el corazón late deprisa, o cuando éste tiene poco espacio para latir libremente, como es el caso de algunas posturas de arqueamiento, torsión o estiramientos.

Nuestra capacidad respiratoria, así como nuestra resistencia y elasticidad irán aumentando con la frecuencia de nuestras prácticas y en muy poco tiempo podremos obtener asombrosos resultados.

Las primeras prácticas pueden resultar un poco cansinas y producir pequeños dolores o agujetas al día siguiente, debidos a los estiramientos, especialmente en personas poco ágiles o muy sedentarias, o si se ha estirado en frío. Para minimizar esto, debemos estirar siempre con cuidado, suavemente, sin brusquedad y mantener poco tiempo la postura y si es necesario, hacer calentamientos previos. 

Por eso, antes de hacer posturas violentas o algo forzadas, es necesaria una fase de calentamiento progresivo con Asanas o ejercicios preparatorios de Chikung o gimnasia, si es preciso, o correr, saltar o jugar...(o hacer repeticiones de corta duración del ejercicio, e ir incrementando la intensidad del mismo), O bien darse una buena ducha en agua caliente, antes de la sesión.

Si estiramos un músculo o tendón o forzamos una articulación en frío, podríamos lastimamos, causando algún esguince o la rotura de alguna fibra muscular.

La fase de estiramiento de una Asana debe hacerse despacio y la fase de retorno también, pues tanto podemos lastimarnos cuando hacemos un estiramiento brusco como si deshacemos bruscamente el mismo.

Después de hacer un grupo de posturas que estiran o torsionan una zona, deben hacerse una serie de contra-posturas para que la recuperación, estiramiento o desarrollo muscular de esa zona sea equilibrado. Deben trabajarse todas las zonas del cuerpo y no siempre la misma, para que el cuerpo se desarrolle, estire y fortalezca de forma equilibrada.

Algunas posturas solo logran hacerse correctamente cuando hemos adquirido cierta elasticidad y resistencia, o si hemos realizado varias repeticiones seguidas, para que los tendones vayan cediendo gradualmente, pero nunca de golpe, en frío.

Tampoco debemos hacerlas porque otros las hagan con facilidad, simplemente.

Esas personas tienen una elasticidad diferente a la nuestra, ya sea por constitución natural, o porque ya llevan practicando cierto tiempo.

Bajo estas premisas, se pueden hacer sesiones de yoga con diferentes tablas o grupos de Asanas, encadenadas unas con otras, que es como se hace normalmente una sesión de yoga, o bien pueden hacerse Asanas aisladas, independientes entre sí.


Nota:

Ya sea que practiquemos yoga para lograr flexibilidad, como para lograr fortaleza física, esto no es posible si las posturas o asanas o ejercicios, solo se ejecutan una vez.

Para que un ejercicio tenga efectos palpables, se debe ejecutar un mínimo de repeticiones del mismo ejercicio, de lo contrario, en una sola ejecución, la musculatura y los tendones y ligamentos comprometidos en ese ejercicio de estiramiento o torsión, no sentirán ningún estiramiento o torsión notable y menos, sino practicamos todos los días algunas series o tablas.

Es como, si una persona tiene los brazos debilitados, o los hombros y va al gimnasio. Coge una pesa, la levanta una sola vez y se marcha para su casa...Es obvio, que al día siguiente, no va a sentir ninguna molestia muscular producida por el esfuerzo de levantar la pesa una sola vez, pero, si la levanta 15 o 30 veces seguidas, el músculo comprometido en el esfuerzo, se hinchará, se pondrá tenso y fuerte y, al día siguiente, es muy probable que sintamos pequeñas molestias debido al esfuerzo.

Bien, lo mismo ocurre cuando realizamos un estiramiento. Es necesario realizar cierto número de repeticiones de dicho estiramiento, para lograr un resultado visible en poco tiempo y, los primeros días, notaremos ciertas molestias. Esto es normal.

En el caso de un estiramiento de zonas muy tensas, debido a tensiones musculares, o a tendones y articulaciones muy agarrotados o rígidos, es aún más importante hacer repeticiones cortas del estiramiento, para que los tendones y ligamentos y la musculatura, vayan estirándose y cediendo gradualmente, so pena de producir un esguince o una rotura de fibras musculares.

Una sesión de yoga típica suele durar entre hora y media y dos horas o más. Puede practicarse a cualquier hora del día, aunque es preferible hacerlo por las mañanas, poco después de levantarse o por la noche, preferiblemente cerca de la hora de la puesta del sol. Esto último es muy recomendable para personas que tienen problemas de insomnio, si el tipo de yoga que practicamos es un yoga relajante. Existen posturas o asanas o tablas de yoga que son más indicadas que otras para favorecer el relax, mientras, que existen asanas y tablas de asanas o posturas, que son más bien estimulantes y, por ello, es  mejor practicarlas al amanecer y no por la noche, debido al riesgo de dificultar el sueño nocturno.

De momento, esto es todo.

Clase de yoga.

Autor: Manuel Vázquez.


Otras consideraciones importantes

Cuando una persona hace un estiramiento  de alguna extremidad o alguna parte del cuerpo, ¿Qué es lo que estira?

¿Un músculo, los tendones, un ligamento, un hueso?

Cuando una persona estira o desea provocar un estiramiento, lo que estira son músculos, tendones y ligamentos, pero jamás estira un hueso, ni lo deforma, ni lo saca de su sitio, ni lo rompe, salvo que se caiga y se golpee, obviamente, o provoque una luxación, por un esfuerzo brusco de una articulación.

Los huesos.

El cuerpo humano, tiene una base esquelética formada por huesos, cuyas extremidades pueden moverse, gracias a rótulas, es decir, al encaje de la extremidad de un hueso, en forma de bola, dentro de una cavidad cerrada del otro hueso con el que se articula.

En esas cavidades, hay un líquido y membrana que evita que los huesos rocen entre sí.

Los huesos están formados, principalmente, por calcio endurecido y compactado, por cuyo interior, está la médula ósea.

Como hemos apuntado, los huesos no se estiran ni se deforman. Son los músculos, los tendones y los ligamentos de las articulaciones las que deben ser sometidas a estiramiento para lograr flexibilidad.

Los músculos.

Los músculos, están formados por la agrupación de fibras musculares, entre las cuáles hay venas, arterias, terminaciones nerviosas, tendones...

Recubren los huesos y los protegen, en cierta medida, amortiguando golpes.

Todas las fibras musculares de un músculo, así como los tendones,  se juntan en sus extremos, formando un ligamento, que va soldado a la extremidad o articulación de un hueso.

Gracias a la contracción voluntaria de esa masa muscular, logramos mover el esqueleto y producir movimiento, articular una extremidad, girar la cabeza, hacer un esfuerzo, mover los dedos, los brazos, las piernas, los ojos... 

De acuerdo al grosor y contractura de los músculos, al grosor de los tendones y de los ligamentos, una persona será más o menos rígida y le costará ser más flexible y estirar o realizar un determinado tipo de movimiento

Una persona musculosa, que no obesa, es más fuerte pero también más rígida que una persona magra. Puede darse el caso, de que una persona sea delgada, pero sus tendones  y sus  ligamentos son muy gruesos y rígidos y que sus músculos tengan una gran capacidad de contraerse.

Gracias a todo ello, una persona delgada puede ser igual de fuerte que una persona musculosa, e igual de rígida.

Como ya comentamos, fuerza y flexibilidad suelen ser contrapuestos.

Otro tema interesante, es, el hecho de que, en nuestro cuerpo, una zona es más rígida que otra. La zona más rígida es la zona que más utilizamos. En el caso de las personas diestras, el lado derecho, a nivel muscular, está más fortalecido que el izquierdo, pero es más rígido. A la inversa ocurre en las personas zurdas.

Con la práctica asidua del yoga, es posible equilibrar los dos lados de nuestro cuerpo, de la misma manera que, con la meditación, es posible equilibrar los dos hemisferios del cerebro.

Los tendones

Los tendones, son fibras de cartílago que tienen el mismo recorrido que los músculos y van de una articulación, a otra articulación. Suelen, por tanto, tener cierto recorrido, es decir, son más o menos largos.

Los tendones son como cuerdas de acero, muy duros. Los tendones más gruesos y rígidos, se encuentran en  la unión del cuello con la clavícula y los hombros y omóplatos, así como los tendones de las piernas y de los brazos.

Los ligamentos

Tanto las terminaciones de los músculos, como las terminaciones o extremidad de los tendones, se unen en su extremo, formando un ligamento, que se acopla a una articulación ósea.

Son los ligamentos, por tanto ¡en donde se concentran las fibras musculares y los tendones,  los más gruesos y rígidos! y , por tanto, los más difíciles de estirar para lograr elasticidad.

Cuando un ligamento o tendón grueso es estirado de manera brusca, se produce lo que conocemos como esguince.

Los esguinces más frecuentes suelen ser los de tobillo, pero pueden darse en los codos, o en el cuello.

Normalmente, el esguince no rompe el ligamento, sino algunas fibras. Junto con esas fibras, también se rompen pequeñas venas, que producen derrame o hematoma.

Cuando se produce un esguince, la zona suele hincharse o inflamarse, acumulando mucho líquido, que provoca la inmovilidad de la articulación, además de proveer células que ayudan a regenerar los tendones y las fibras musculares.

Pero, no solo se rompen fibras de los músculos y de los ligamentos, ni tampoco solamente arterias; se rompen, también, terminaciones nerviosas que no se recuperan.

Un ligamento, un tendón, un músculo, salvo si se ha roto, suele recuperarse de un estiramiento brusco, aunque lleve un tiempo, pero ese ligamento, tendón o músculo puede quedar debilitado y afectar a la capacidad de articular una extremidad o de realizar algún esfuerzo, pero, con el tiempo puede llegar a recuperarse.

Sin embargo, esto no sucede con las terminaciones nerviosas.




Las terminaciones nerviosas y todo el entramado de fibras nerviosas que salen del cerebro y recorren la médula espinal, bifurcándose o saliendo por las diferentes vértebras de la columna, cuando se rompen no tienen capacidad de regenerarse y reconectarse. Lo mismo sucede con las células o neuronas del cerebro y las conexiones que existen entre ellas; una vez que se rompen esas conexiones, se pierden áreas de funcionamiento del sistema nervioso, que es quién controla todo el sistema muscular de nuestro cuerpo, el sistema motor.

Estas conexiones nerviosas del cerebro, así como las propias neuronas, son muy sensibles a drogas narcóticas como el alcohol y la marihuana. 

La marihuana y sus derivados, sin ir más lejos, es una sustancia neurotóxica, es decir, mata neuronas y rompe conexiones nerviosas dentro del cerebro.

Esta es la razón, por la que las personas que fuman mucha marihuana, pierden mucha memoria y se vuelven muy olvidadizos, pasivos, dejados e irresponsables.

Pero, además, se vuelven adictos a una sustancia que es mucho más sedante que un Valium o un barbitúrico, que son sedantes muy depresores del sistema nervioso y, cuando les falta la marihuana, se vuelven muy nerviosos, ansiosos, paranoicos y agresivos.

La marihuana es una droga que potencia la tendencia paranoica y la esquizofrenia que una persona puede tener por herencia genética, desencadenando la enfermedad, que de otra manera, está latente, pero no llegaría a desarrollarse.

Todo esto se sale de nuestro tema, pero no está demás poner en conocimiento público, lo que muchos jóvenes no saben acerca de la marihuana.

No porque sea una droga socialmente aceptada y utilizada por la sociedad, deja de ser una droga destructiva, tanto o más que el alcohol.

De todo esto, debemos deducir, que nuestro cuerpo y nuestro cerebro, nuestro sistema nervioso, son muy delicados, ¡Frágil, como una vasija de barro es nuestro cuerpo! y no es conveniente ni tiene sentido jugársela y comprometer nuestra integridad, realizando ejercicios, deportes o disciplinas, que fuerzan la capacidad de estiramiento o resistencia de los músculos y de los tendones y ligamentos más allá de lo razonable y sin un cometido realmente válido para lograr más salud, o por meros fines de exhibición o competición.

El ejercicio suave, pero frecuente, es mejor que el ejercicio brusco e intenso.

Sea como sea, si uno deja de entrenar, los músculos y los tendones y ligamentos tienden a recuperar su forma, de tal manera, que en menos tiempo de lo que pensamos, volvemos a estar agarrotados o con un bajo tono muscular. Esto lo saben muy bien los deportistas. Solo es cuestión de dejar de entrenar un par de semanas y ya no están a punto para participar en una competición.

Todo esto, también se puede aplicar a la práctica del yoga. Cuánto menos, si solo practicamos una hora a la semana, por ejemplo.

El yoga de contorsión y flexibilidad extrema, no aporta ningún beneficio mayor, que el yoga sencillo, enfocado a la relajación y al estiramiento suave de nuestro cuerpo, ni aporta ningún beneficio extra a la relajación de la mente, porque, además, no se tiene en cuenta la respiración durante la realización de las asanas o posturas, ni se tiene en cuenta otras técnicas de relajación, como la meditación u otras técnicas de relajación, como la recitación de mantrans, la realización de ejercicios respiratorios, como los Pranayamas, no se tienen en cuenta una infinidad de disciplinas, que son las que realmente, marcan la diferencia entre el yoga y su filosofía original, con cualquier otra actividad físico deportiva, cuya finalidad es meramente física y no mental.

Es cierto que la fortaleza física que se obtiene de un entrenamiento intenso de un deporte, influye también en un estado similar en la mente, pero el yoga terapéutico puede conseguir lo mismo, con menos esfuerzo y menos riesgo y con más profundidad. 

En occidente, somos especialistas en desvirtuar la finalidad de las técnicas y disciplinas milenarias que vienen de oriente, con la finalidad de mercantilizarlas, haciéndolas atractivas, pero obviando la filosofía real con que  nacieron o se crearon.

Esto ha ocurrido ocurrido con el yoga, con la meditación, con las artes marciales, con los tatuajes...

Podríamos seguir subrayando más consideraciones, a favor de la práctica de un estilo de yoga sencillo y terapéutico, orientado a la relajación, como sucede con "el yoga tibetano" y no del Hatha yoga contorsionista, exhibicionista y agresivo, que nos venden en los medios y que se ha puesto de moda en occidente, pero, de momento, es suficiente.



Una imagen vale más que mil palabras



Autor: Manuel Vázquez
 








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